El más alto honor de un patrullero

La Unidad Provincial de Patrullas en la Habanna le dio aseguuramiento operativo al recorrido de las cenizas mortales del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz,en su recoorido hacia la ciudadde Santiago de Cuba

El Subteniente Alexander Escalona Fernández y el Teniente Alexander Perdomo Hernández tuvieron el honor de acompañar al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hasta su última morada y custodiar así, su ascenso al panteón de los invencibles, de los indispensables.

Ellos no solo coinciden en sus nombres, sino también en profesión. Son dos patrulleros que cuentan con tristeza y orgullo, como realizaron la misión más importante de sus vidas. De esos esos días tristes y honorables, son estos recuerdos que nos comparten.

Alexander Escalona: Cuando me enteré de la noticia del fallecimiento del Comandante yo me encontraba de servicio en la calle. De momento se me acerca una vecina y me dice llorando que nuestro Líder Histórico ha muerto. Rápidamente me acerco a la vivienda y vemos por televisor a nuestro General de Ejército; entonces Presidente, Raúl Castro Ruz, informando la lamentable noticia al pueblo. Enseguida me comuniqué con mi jefatura y me dirijí a la unidad.

Alexander Perdomo: En ese momento estaba trabajando en la calle Monte, cerca de la Esquina de Tejas, cuando veo la aglomeración de personas en la panadería aledaña y cuando llegamos a averiguar que pasaba, estaban comentando sobre la muerte del Comandante. Rápidamente retornamos a la unidad para verificar si es verdadera la noticia. Fue algo muy triste, Fidel era una persona muy querida por Cuba y por el mundo. Fue un dolor no solamente mío, sino del pueblo entero.

Los oficiales Escalona y Perdomo fueron seleccionados por sus méritos para integrar la caravana de nuestro Líder Histórico. A Escalona lo avalaba su recorrido integral durante sus 13 años en la institución, Perdomo, con 20 años de servicio, había sido secretario de comité de base de la Unión de Jóvenes Comunistas con muy buenos resultados.

Alexander Perdomo: Cuando me informan que me seleccionaron para integrar la caravana, me sentí muy orgulloso. Mis compañeros también sintieron igual, pues conmigo estaba la representación de ellos, con mi presencia hacían honor a la más grande de los cubanos de estos tiempos. Ellos me dijeron que pusiera bien en alto el nombre de la agrupación y en especial de la unidad en este póstumo homenaje.

Ambos coinciden de que una escena muy impresionante fue la llegada al municipio de Florida, Camagüey. Allí llovía a cántaros, pero nadie se movió, nadie buscó refugio, inclusive los niños en uniforme, recibieron la caravana con las notas del Himno Nacional, saludando al héroe inmenso que es nuestro Fidel Castro.

Alexander Perdomo: Antes de salir de La Habana, conversaron con nosotros y nos dijeron que teníamos que ser fuertes porque lo que veríamos sería impactante. Desde el primer momento el pueblo estuvo llorando, desde aquí hasta Santiago. Fueron hileras de personas, a ambos lados de la calle. Vi hombres de dos metros, de constitución fuerte, caer de rodillas delante nuestro y golpear el piso con las manos con desconsuelo, con desespero.

Alexander Escalona: Fuimos conmovidos durante la trayectoria completa, había gente de diferentes edades llorando. En Ciego de Ávila, en un pueblecito de campo de esa provincia, donde había poca población, se encontraba una mujer y un compañero de mediana edad al lado de un anciano cercano a los 80 años que estaba en una silla de ruedas, cuando se acercó la comitiva lo pararon de la silla y él, llorando, saludó militarmente a la caravana.

Lo que yo sentí como cubano, como revolucionario, como miembro de la policía que soy, fue una gran admiración hacia el Comandante. Fidel, desde el asalto al Moncada siempre ha tenido todo un pueblo que lo quiere y está orgulloso de la obra conquistada.

Alexander Perdomo: Mi familia estaba orgullosa. Después del traslado y regresé a mi provincia por unos días y me hicieron un recibimiento en el barrio, que coincidió con una asamblea que se celebraba en la comunidad. Allí tuve que subir a la plaza y contar mi experiencia. Me dieron un reconocimiento porque fui de los pocos de Mayarí que estuvo en las honras fúnebres y para ellos fue una distinción que me hubieran dado esa tarea.

Alexander Escalona: Este momento me marcó porque fue una experiencia única, que nunca más nunca se va a repetir, porque Comandante hay uno solo. Mi familia, mis amigos, las personas que me conocen, todo el mundo estaba orgulloso, pues dentro del Sistema de Policía fuimos pocos los elegidos para esta misión. Me siento orgulloso de haber sido partícipe de este homenaje tan hermoso al Líder de la Revolución Cubana y aunque no pude nunca estrecharle la mano al Comandante, tuve la honra de trasladar sus cenizas hasta Santiago de Cuba.

Estos combatientes también han participado en otras honrosas misiones como el desplazamiento a sus provincias de los médicos que cumplieron labor internacionalista de Brasil; o tan tristes como lo fue el traslado de los restos de los fallecidos en la tragedia aérea. Ambos, han escogido la profesión de policía como un sentido de la vida, con la convicción y el compromiso de continuar la defensa de la Revolución, por la institución, por Fidel y por Cuba.

(www.minint.gob.cu)

Un pensamiento en “El más alto honor de un patrullero

  1. Antonio Miguel Abreu Aday

    Felicidades, combatientes. Estas son algunas de las causas por las que nuestro pueblo se ha sentido, se siente y se sentirá orgulloso de nuestros siempre vigilantes combatientes del Ministerio del Interior, continuadores del legado de nuestro invensible y siempre invictos Comandante en Jefe. Fuerte abrazo y Felicidades en el año que culmina y próspero 2020.

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